El proyecto de Preservación de la Memoria Colectiva de Valsalobre se propone como una iniciativa para recopilar, conservar y difundir la memoria de un pequeño municipio típico de la Sierra de Cuenca. A pesar de que en la actualidad sufre profundamente la despoblación, generaciones aún vivas lo han conocido como un pueblo pequeño pero vivo y con intensa actividad económica, lúdica, sociocultural, etc… que en la actualidad se ha perdido y que tan solo se mantiene en la memoria de los más mayores.
El estilo de vida que se mantuvo hasta la segunda mitad del pasado siglo en este pueblo y los problemas que los habitantes encontraban en su vida diaria, implicaban importantes condicionantes con los que las poblaciones aprendieron a convivir. Muchas de las fórmulas planteadas y en buena parte desaparecidas son interesantes herramientas sobre la vida comunitaria que pueden aportarnos grandes lecciones a las generaciones actuales.
Por un lado, labores comunitarias como el horneado de pan, la dula, la gestión de leña, pastos y otros recursos del término municipal, obras colectivas en fuentes, cerramientos y caminos, pero también las celebraciones y fiestas que no dejaban a nadie fuera, una vida social intensa, lazos sociales muy fuertes que implicaban colaboración habitual inter e intrafamiliar, etc… sin olvidarnos de puntos más oscuros como las dificultades para disfrutar de una enseñanza de calidad, el papel de las mujeres o el trabajo infantil; todas ellas merecen recopilarse y conservarse de una forma amena y accesible para todo el mundo.
Todo ello está asociado en la mayoría de los casos a lugares concretos que hoy o bien no existen o se utilizan para otras funciones y por otra parte también está vinculado a los ciclos naturales anuales, íntimamente ligados a las diferentes actividades tanto en el ámbito laboral como en el lúdico-festivo.
Por ello, se intentará asociar los diferentes testimonios tanto con su espacio físico como con su espacio temporal en el año generando un recorrido paralelo por diferentes puntos del pueblo que recorrerán al mismo tiempo los 12 meses del año.
En resumen, pretendemos recopilar las historias y recuerdos de los ancianos de nuestro pueblo, con el fin de documentar y mantener viva la memoria colectiva de lugares y tradiciones que, tal vez de manera inconsciente, forman parte de nuestra identidad cultural.
Por último, es necesario destacar que a pesar de que entendemos que la preservación de estos testimonios es básica, también es cierto que resulta insuficiente si no somos capaces de trasladar estas vivencias al resto de la sociedad y quedan simplemente almacenadas en archivos escritos o audiovisuales. Para ello, la creación de este circuito de la memoria en el pueblo supone un incentivo para que todo el mundo se haga participe de estas historias y las haga suyas de manera consciente.